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lunes, 31 de agosto de 2015

El transporte y los daños que produce en el ambiente

El transporte 

Tiene también importante participación en los daños que produce al medio ambiente el consumo energético. Las formas de contaminación mencionadas en la sección anterior se producen en general en zonas despobladas, de modo que en el caso de la contaminación atmosférica, en cierta manera ella se atenúa al dispersarse los agentes contaminantes en grandes masas de aire antes que alcancen las ciudades. Pero hay una imprescindible actividad humana en la que se queman combustibles de manera masiva en los grandes centros urbanos, con enorme contaminación del aire. Es el transporte en general, especialmente por medio de los automotores en que se desplazan por las grandes ciudades millones de personas y miles de toneladas de materiales diariamente, sea en vehículos privados o del servicio público. Para generar en sus motores de combustión interna la energía necesaria para la tracción, los vehículos utilizan combustibles hidrocarburados obtenidos a partir del petróleo, que al quemarse producen una cantidad de gases y polvo muy perniciosos para el sistema respiratorio de personas y animales en general. Incluso algunos de esos gases, bajo la luz solar, dan lugar a compuestos ácidos también altamente dañinos. Asimismo, en los aeropuertos próximos a ciudades los aviones comerciales de línea o cargueros, impulsados en general por turbinas, degradan el aire que se respira durante el tiempo en que dichas plantas propulsoras están operando en tierra. Y cuando las aeronaves toman vuelo contaminan el aire en la altura y son sindicadas como una de las causas del deterioro de la capa de ozono, el elemento gaseoso que atenúa las radiaciones ultravioletas impidiendo así que ellas destruyan la vida terrestre. En la sección 9.13 La disminución de la capa de ozono en la atmósfera, se trata este problema en cierto detalle. El transporte ferroviario -cada vez menos usado en la Argentina empobrecida mientras su utilización crece en países ricos- es en general más económico que el transporte automotor cuando se trata de llevar cargas a larga distancia y cuando es necesario transportar grandes masas de pasajeros en áreas urbanas. La primera actividad se cumple con trenes de superficie con tracción por motores de combustión interna o por sistemas eléctricos; la segunda con trenes de superficie o subterráneos. Las unidades que se usan para calcular los costos son: para las cargas, pesos por cada tonelada.kilómetro ($/t .Km) y para el transporte de personas, pesos por cada pasajero.Kilómetro ($/pas.Km). Cuando se habla de costos del transporte y se compara el tren con los automotores, se dejan a veces tendenciosamente de lado los aspectos contaminantes de cada uno, que en una comparación completa son importantes. Por varios motivos, el transporte ferroviario es menos degradante del medio ambiente que el automotor, fundamentalmente en cuanto a la emisión de elementos contaminantes a la atmósfera por t.Km o por pasajero.Km. En cuanto al ruido que produce un tren pasante, si bien es intenso, dura muy poco tiempo, contra el ruido irregular menor de los automotores, que circulan continuamente por calles y autopistas. No hay que perder de vista asimismo que las líneas ferroviarias pueden ser electrificadas, como de hecho ya se usa en los trenes subterráneos y muchos de superficie o elevados de las ciudades, gracias a lo cual la contaminación química por el lugar donde circulan los trenes es casi nula. Se podrá argüir que la electricidad para alimentar los trenes eléctricos es generada en centrales que también contaminan; la réplica es que en las centrales la emisión de contaminantes, aún siendo importante, es mucho menor por unidad de energía entregada que en los motores de los automotores, que además introducen muchas otras formas de contaminación que no están presentes en los trenes. Las ventajas del transporte ferroviario sobre el automotor aumentan cuando se computa el tema accidentes, en especial cuando ellos involucran a personas, como ocurre casi siempre, que las estadísticas muestran son muchísimo más frecuentes en el transporte automotor. El aspecto mas importante de las pérdidas ocasionadas por los accidentes del transporte son en el aspecto humano, y se expresan en [ (muertos + heridos) por cada 100 millones de pasajeros.Km]. Por último, el tema velocidad del transporte, que se arguye con frecuencia como ventaja para el automotor, parece que no es problema en países del primer mundo, donde una alta proporción de las cargas son enviadas por tren y donde existen trenes de pasajeros que corren entre los 150 y los 400 Km/h, reemplazando ventajosamente en muchos casos al transporte aéreo en cortas distancias, y en especial con mal tiempo.

Contaminación radioeléctrica.

Contaminación radioeléctrica.


  La física del campo electromagnético no es simple, pero se dará aquí una idea aproximada de su naturaleza. Cuando por un conductor circula una corriente eléctrica, alrededor de él se establecen dos campos de fuerzas: a) el campo eléctrico, dado por la diferencia de potencial eléctrico entre los extremos del conductor, que es el que impulsa la corriente o sea el desplazamiento de electrones por el conductor; b) el campo magnético que aparece siempre que una corriente circula por un conductor. El funcionamiento de casi todos los aparatos que sustentan nuestra civilización científica-tecnológica actual -es decir aquellos que generan o de una manera u otra utilizan energía eléctrica-, implica la utilización de esos dos campos de fuerzas. La intensidad de cada uno de esos campos es proporcional a la intensidad de la corriente, y es distinta en cada punto del espacio alrededor del conductor según sea la distancia y posición del punto con respecto al conductor. Cuando la corriente mantiene una intensidad constante, esos campos son también de intensidades constantes. Pero si la intensidad de la corriente varía, como ocurre en el caso típico de la corriente alterna, donde el movimiento de electrones cambia de sentido (y por lo tanto también de intensidad) periódicamente, los campos cambian también de sentido y de intensidad acorde con las variaciones de la corriente eléctrica. Ahora hagamos un importante experimento imaginario. Supongamos un punto donde hay un elemento conductor de electricidad, y otro punto situado a unos 300.000 Km del primero, en donde podemos medir en cualquier instante las intensidades de los campos eléctrico y magnético producidos por una corriente eléctrica circulando por el distante conductor. La pregunta clave es: las variaciones de esos campos en el segundo punto ¿son simultáneas con las del conductor? La respuesta es no, porque la variación de los campos no se propaga a una velocidad infinita, sino a un valor finito que es de unos 300.000 Km/segundo. Esto significa que cualquier variación del campo electromagnético en el conductor originario será percibida en el punto de observación un segundo después. Lo interesante es que esa velocidad es la velocidad de la luz en el vacío. ¿Porqué esa coincidencia? Porque la luz también es un campo electromagnético que se propaga por el espacio. Pues bien, está demostrado que también las ondas de la radiotelefonía, la televisión, el calor, la luz, los rayos ultravioleta, los rayos X y los rayos gamma, están todos constituidos por campos eléctricos y magnéticos superpuestos que se transmiten a la velocidad de la luz, el valor dado antes. Sus efectos sobre la vida animal y vegetal de la Tierra son muy variados y dependen de su frecuencia (ver definición más abajo). La representación gráfica de cada tipo de radiación en función de su frecuencia, se llama espectro electromagnético. Algunas radiaciones son beneficiosas y sin ellas no existiría la vida (radiación infrarroja o calor, luz y rayos ultravioleta de intensidad moderada). Las de más alta frecuencia, en cambio, pueden destruirla (rayos X, rayos gamma). La explicación íntima de los orígenes y la naturaleza de la radiación electromagnética está dada por la teoría de la mecánica cuántica. La propagación de ella en el espacio había sido develada antes por la teoría de la relatividad. Ambas son inabordables por su complejidad en este texto de carácter elemental. Si al lector le interesan estas teorías, puede acceder a textos de divulgación impresos o electrónicos. Debido a que se trata de dos campos de fuerzas superpuestos, uno eléctrico y otro magnético, al conjunto se lo llama campo electromagnético. Todas las radiaciones contenidas en el espectro electromagnético son fenómenos idénticos, o sea de la misma naturaleza física, y su diferencia radica simplemente en la frecuencia de cada una. Se define como frecuencia de una corriente eléctrica alterna y de los campos electromagnéticos en general, a la cantidad de variaciones de sentido de la corriente o de los campos, que se produce en un segundo de tiempo. La corriente alterna de la red a la cual conectamos nuestros enseres domésticos es de 50 ciclos/segundo, o 50 Hertz, en Argentina. El Hertz, abreviadamente Hz, designa a 1 ciclo/segundo, y es la unidad de frecuencia. Pero en cambio las ondas de radio usadas para comunicaciones a grandes distancias pueden tener frecuencias de, por ejemplo, diez millones de Hz. (Si 1 Hz = 1 ciclo/ segundo, entonces 1 Kilo Hz = mil Hz y 1 Mega Hz = 1 millón de Hz). Ver Capítulo 5. Las transformaciones de la energía.Parte III, sección 5.9 Unidades de energía. Se llama contaminación radioeléctrica, a los efectos dañinos que pueden provocar sobre los seres vivos los campos electromagnéticos muy intensos y/o prolongados en las frecuencias de las corrientes que se distribuyen en la red eléctrica (50 o 60 Hz), o en las frecuencias de radiotelefonía y telefonía celular (en el orden de los MHz). Por supuesto, el principal objeto de preocupación son los seres humanos. Aunque la industria de la generación, transmisión y distribución de la energía eléctrica y las dedicadas a la radiofrecuencia, no admiten en general los efectos nocivos de esos campos, la cantidad de denuncias de afectados con distintas dolencias crece continuamente. El principal efecto que se le atribuye es el de provocar cáncer de cerebro. Los investigadores que sostienen la tesis de que esas radiaciones son malignas registran otros efectos. En Argentina existen normas preventivas que limitan las intensidades de los campos electromagnéticos provocados por los sistemas de transmisión en alta tensión. El problema reside en quién controla su cumplimiento. Además de los efectos señalados, imputados a radiaciones de frecuencias relativamente bajas como las nombradas en el párrafo anterior, existen otros causados por la radiación electromagnética de muy alta frecuencia, como los rayos X y los rayos gamma. Como lo estableció y explica la teoría de la mecánica cuántica (o teoría de los cuantos), la energía que cada onda tiene es proporcional a la frecuencia de la radiación. Los rayos X son tan penetrantes como para atravesar un cuerpo humano (radioscopía) porque poseen una altísima frecuencia, muchísimo más que la luz visible. Entonces, si la potencia de la radiación electromagnética aumenta con la frecuencia, los daños que puede producir en los cuerpos de los seres vivos son mayores cuanto mayor es esa frecuencia. El tiempo de exposición a las radiaciones es también importante. Pensar en las quemaduras que uno sufre cuando se expone por largo tiempo a la luz ultravioleta del sol en una playa o de una lámpara que las produce en una cama solar, aun cuando su intensidad sea débil. Como los efectos sobre los tejidos orgánicos son acumulativos en el sentido de provocar la formación de tumores malignos, conviene no exponerse a las radiaciones penetrantes muy a menudo
Fuente :http://www.iae.org.ar/archivos/educ1109.pdf

Centrales nucleares de generación eléctrica

Centrales nucleares de generación eléctrica


 Son las que menos contaminan cuando funcionan dentro de las estrictas normas que organismos internacionales de seguridad han establecido al efecto, ya que no emiten compuestos químicos que contaminen la atmósfera, las aguas o las tierras, como ocurre con las centrales termoeléctricas. Pero por otra parte, estas centrales crean el difícil problema de qué hacer con los residuos altamente radioactivos que su operación genera, al tener que extraerse y darle algún destino no peligroso al “combustible” nuclear ya agotado (es decir, que ya no puede dar más energía térmica) en el reactor. Los materiales radiactivos son peligrosos porque sus emisiones son altamente penetrantes y descomponen los tejidos vivos, desencadenando tarde o temprano tumores cancerosos. Además, el lapso de nocividad es muy largo, aunque se atenúa a través de los años. A los residuos radiactivos se los suele encapsular en contenedores especiales de acero y otros materiales, que garantizan su estanqueidad por mucho tiempo. El problema surgirá -¿de aquí a siglos, milenios?- cuando los recipientes se perforen por acción química o sean aplastados por movimientos tectónicos, y esos materiales comiencen a derramarse e incorporarse a la tierra, las aguas e incluso la atmósfera. Aún cuando se resuelva ese problema, quedan todavía otros dos de remota pero no imposible ocurrencia: a) que se pierda el dominio del reactor en operación por fallas en los dispositivos de control, provocando un masivo escape de material radiactivo a la atmósfera, que normalmente terminará depositándose en la tierra y las superficies de agua, sometiendo quizás a numerosas poblaciones a su letal efecto. Pero también es cierto que mientras miles de grandes centrales termoeléctricas e hidroeléctricas han estado contaminando sin pausa el medio ambiente de diversas formas -e inclusive han protagonizado catástrofes con la pérdida de miles de vidas- durante mas de cuatro décadas de operación hasta sumar centenares de centrales atómicas hoy en operación en muchos países (dos de ellas en Argentina), un accidente de esta gravedad ocurrió una sola vez (Chernobyl, Ucrania, se dice que con consecuencias catastróficas); b) que materiales fisionables sean substraídos de las centrales y luego utilizados por terroristas para la fabricación de armas nucleares de destrucción masiva, sean ellas bombas termonucleares o dispositivos que dispersan esos materiales altamente radiactivos sobre vastas áreas pobladas.

Fuentes:http://www.iae.org.ar/archivos/educ1109.pdf

Muerte por contaminacion

Cuatro mil personas mueren al año por enfermedades asociadas a contaminación ambiental
El sitio web del Sistema de Información Nacional de Calidad del Aire (SINCA) muestra un mapa del país que representa diferentes grados de contaminación. Es en la zona central y en la zona centro sur donde aparecen puntos rojos, evidenciando la mala calidad del aire. Y es que este lunes fue decretada la primera emergencia ambiental desde 1999 para la región, decisión que determinada por los niveles de material particulado existentes en el ambiente.
Este año, las autoridades del Ministerio del Medio Ambiente realizaron cambios en los estándares de medición de la calidad del aire para esta zona, tras decretar alerta sanitaria ambiental en la Región Metropolitana entre el 1 de abril y el 31 de agosto del 2015. Esta medida se suma a la entrada en vigencia de la norma de medición de material particulado fino (MP 2,5) del año 2012, que considera este tipo de partículas, cuatro veces más pequeñas que las que se consideraban anteriormente para determinar los niveles de contaminación (MP 10), y más perjudiciales para la salud. Si a esto se suman las condiciones meteorológicas, el panorama no es alentador.
Los índices de contaminación en esta región, como explica el investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la U. de Chile, Nicolás Huneeus, están cruzadas por las condiciones de ventilación y la alta intensidad de emisiones, que combinadas, provocan escenarios como el del día de hoy donde una de las medidas es la restricción vehicular. Como plantea el profesor Leonardo Basso, Coordinador Docente de la División Ingeniería de Transporte de la Universidad, esta medida ha comprometido a “casi un 50 por ciento del parque automotriz: 40 por ciento de los catalíticos, 80 por ciento de los no catalíticos”. Para mitigar la contaminación por este tipo de fuentes, explica el académico, resulta clave el uso del transporte público ya que a menos motores encendidos, menos contaminación, y “los automóviles usan un motor para mover 1,3 personas en promedio en un día laboral”.
Pero para el académico las restricciones vehiculares no son una solución. Es más, “tener una restricción permanente genera el resultado opuesto porque después de un tiempo la gente comienza a comprarse un segundo vehículo de manera de no quedar en jaque con la medida, y ese segundo vehículo es más barato, más viejo y por lo tanto más contaminante que el primero”. Es por eso que, plantea, se debe fomentar el uso del transporte público, “tanto financieramente como en el espacio que se le asigna en la ciudad, y hay que hacer que el andar en auto cueste lo que realmente le cuesta a la sociedad”

 Fuente: U. Chile

¿el smog tapara las estrellas?

Adiós a las estrellas

. Para los que gustan de contemplar o estudiar el cielo nocturno, esa mágica vista del pasado de nuestro universo a medida que uno se interna con la vista en su inmensidad, plena de interrogantes, el smog en el aire de las ciudades es fatal. No solo porque él absorbe buena parte de la débil luz que llega a la Tierra desde lejanos e interesantes objetos celestes, sino también y sobre todo porque refleja hacia nuestros ojos parte de la intensa luz que envían hacia el cielo las fuentes luminosas terrestres de las ciudades. ¿Porqué ocurre esto? En buena parte porque esas fuentes luminosas son casi siempre de potencia excesiva comparada con la requerida en cada caso específico, a más de que los artefactos de iluminación utilizados no son ni diseñados ni instalados racionalmente, dado que envían sin necesidad gran parte de su luz hacia arriba, en vez de hacia abajo, donde se halla el terreno que se quiere iluminar. Así es que aquel resplandor que baja desde el cielo nocturno reduce mucho la sensibilidad de la vista para poder observar objetos de débil luminosidad, justamente los más espectaculares. Por esas causas, a medida que pasan los años los habitantes de las grandes ciudades van progresivamente perdiendo la maravillosa posibilidad de mirar el universo en una noche con cielo limpio y sin nubes. Pero el problema no es únicamente de naturaleza estética y cultural, ya que se calcula que sólo en los Estados Unidos el exceso de iluminación, el defectuoso diseño e instalación de los artefactos de iluminación y su uso permanente aunque no sean necesarios, implica un sobre gasto inútil del orden de varios miles de millones de dólares anuales, por la energía eléctrica que se disipa sin necesidad, y por el costo de corrección de la contaminación que ello ocasiona por mayor utilización de combustibles para generar esa energía.


Fuentes:http://www.iae.org.ar/archivos/educ1109.pdf

aumento de la temperatura en la atmósfera por consumo de energía

La importancia del aumento de la temperatura de la atmósfera.

 Es enorme. Las observaciones muestran que, por ejemplo, aparentemente debido al aumento de la temperatura de la atmósfera y de las aguas oceánicas, se están derritiendo gigantescos volúmenes de hielo de las regiones polares, sobre todo en el Continente Antártico, donde a menudo además se desprenden de las costas enormes campos de hielo, fenómenos ambos que antes no ocurrían en esa magnitud. Se está pronosticando que en el curso de este siglo XXI podrían desaparecer los hielos que forman el Océano Glaciar Ártico, un inmenso campo de hielo que existe alrededor del polo norte. Asimismo se comprueba que los glaciares (ríos de hielo que bajan de las montañas de zonas frías) retroceden notoriamente en casi todo el mundo, fenómeno que en Argentina ya puede observarse en el Parque Nacional los Glaciares de la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia, glaciares que a su vez son alimentados por la extensa y gruesa superficie del campo de hielo patagónico que existe sobre la cordillera, el que también puede llegar a tener el mismo destino. Las graves derivaciones de estos hechos ya pueden preverse. Una de las catastróficas consecuencias que se pronostican es que de continuar este proceso -que además ocurre de manera acelerada-, las aguas del hielo fundido, por sobre todo el de la Antártida, ahora en buena parte como hielo cubriendo la rocosa superficie de este continente por sobre el nivel del mar en espesores de más de un kilómetro, sumado esto a la dilatación de los océanos debido también al calentamiento, provocarán progresivamente un importante ascenso del nivel de las aguas de estos últimos. Cuando a medida que los hielos se van transformando en agua que se vierte en los océanos y esa subida alcance varios metros, lo que puede ocurrir en el curso de el presente siglo, vastas áreas costeras de los continentes -y también una gran cantidad de islas completas - quedarán sumergidas bajo las aguas, y los daños serán como es de imaginar tremendos. Sobre todo en las grandes metrópolis que se hallan en bajos niveles frente a mares o ríos que desembocan en ellos, por ejemplo las metrópolis de Nueva York y de Buenos Aires, entre muchas otras. El caso de Buenos Aires sería uno de los más graves como consecuencia de que ya ahora mismo y a menudo, bajo el efecto de fuertes vientos del sudeste, las aguas del océano Atlántico y del Río de la Plata son impulsadas por fricción y empuje río arriba, y durante ese fenómeno (llamado sudestada), que puede durar varios días, el agua sobre la costa bonaerense del Río asciende –agravado ese ascenso por la acción de la aceleración de Coriolis- una cantidad de metros por sobre su nivel medio. Sumando a ese ascenso -que ha llegado a ser alguna vez de hasta unos cinco metros en la zona del delta- la plenamar de una marea de sicigias y el ascenso permanente de las aguas por el deshielo antártico y la dilatación de los mares, se producirían destructivas inundaciones de zonas costeras. Otra calamidad también de consecuencias mundiales sería la desaparición del casquete de hielo sobre el Mar Ártico en torno del polo norte. Esto podría provocar la alteración de todo el clima del hemisferio norte, al desencadenar importantes cambios en el régimen de las corrientes marinas, en especial la del Golfo de México, que entre otras cosas brinda a Europa el clima relativamente templado del que ahora goza. Tanto el problema antártico como el ártico pueden además alterar la ecología de todo el planeta al punto tal de ocasionar la extinción de enormes superficies boscosas del planeta y en consecuencia la desaparición de enormes variedades animales. Ambos fenómenos influiría asimismo fuertemente sobre la vida oceánica. Por otro lado, la reduccíón de las superficies cubiertas por nieve o hielo tiene además un importante efecto sobre la capacidad del planeta para reflejar la radiación solar. Al eliminar una vasta superficie blanca, entonces con un gran poder reflectivo, y reemplazarla con el suelo obscuro que hay debajo, éste absorbe mucho más esa radiación empeorando así aún más el calentamiento global. Los lamentables cambios climáticos que ya se están de alguna manera notando, pueden ser de tal magnitud que produzcan graves sequías o inundaciones crónicas, que obliguen al desplazamiento de millones de personas en distintas áreas del planeta, a más de la pérdida por transformación en desiertos de grandes extensiones de tierra hoy cubiertas por valiosos bosques o bien cultivables. Las “epidemias” de hambre o hambrunas, podrían ser comunes y recurrentes. 
Fuentes:http://www.iae.org.ar/archivos/educ1109.pdf

ciudades altamente afectadas por la contaminación atmosférica urbana y prevenciones

¿En qué ciudades del mundo es particularmente elevada la carga sanitaria por la contaminación atmosférica urbana?
La carga sanitaria que la contaminación atmosférica urbana le impone a una ciudad depende de la concentración de contaminantes y del número de personas que respiran el aire contaminado.
Los países de ingresos medianos sobrellevan una carga sanitaria desproporcionada a causa de la contaminación atmosférica urbana. El aumento rápido y cuantioso de vehículos automotores, que tienen motores anticuados y utilizan combustible de mala calidad, así como el aumento de la generación de electricidad a base de carbón y otros combustibles contaminantes, han generado el mayor riesgo sanitario por el aire contaminado para la población de estas economías emergentes.
En muchas de estas economías de rápido crecimiento aún no se implantan normas y reglamentos rigurosos para ayudar a reducir las emisiones y mantener un aire limpio y saludable. La necesidad de actuar para limpiar el aire y proteger la salud de los habitantes crece paralelamente con el crecimiento económico de dichas regiones.
Las inquietudes con respecto a la salud no se circunscriben a las ciudades más contaminadas: se observan efectos considerables sobre la salud de la población incluso en ciudades con una atmósfera relativamente limpia de Australia, Europa, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Canadá, donde las concentraciones de material particulado son por lo general entre 3 y 10 veces menores que en las ciudades con contaminación elevada. Cuanto menor es el nivel de contaminación atmosférica de una ciudad, más protegida está la salud de sus habitantes.
¿Qué medidas se han adoptado en las ciudades para prevenir los efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud?
Las ciudades pueden determinar cuáles son las fuentes principales de contaminación del aire y poner en práctica políticas que mejoren la calidad del aire, como son el fomento del uso del transporte público, ir a pie y andar en bicicleta, en vez de depender del automóvil privado; la promoción de centrales eléctricas que en lugar del carbón utilicen combustibles limpios y renovables, y las mejoras en la eficiencia energética de los edificios y las industrias.
Otras medidas suplementarias son la concientización sobre la elevada carga de morbilidad relacionada con la contaminación atmosférica urbana y sus fuentes principales, y poner de relieve la importancia de actuar ahora mismo para poner en práctica intervenciones adecuadas para cada país. El seguimiento eficaz de las intervenciones es otro medio importante para aumentar la sensibilización, pues puede ayudar a impulsar medidas normativas que reportan beneficios para la salud, el clima y el medio ambiente
Fuenetes: Organizacion mundial de la salud