La
Organización Mundial de la Salud (OMS) considera al mercurio como una de las
sustancias químicas con mayor riesgo para la salud del mundo. En contacto con
el organismo, incluso en pequeñas cantidades, la toxicidad del mercurio afecta
al sistema nervioso, al inmunitario, al aparato digestivo, a la piel, a los
pulmones, a los riñones y a los ojos. El mercurio se presenta en la naturaleza
de diversas formas, sin embargo, las alarmas se han levantado en Latinoamérica
donde han aumentado los niveles de mercurio debido a la extracción ilegal de
oro. En la última década han incrementado las minas ilegales en América Latina
y se estima que rondan las 500.000. Se trata de pequeñas minas que buscan el
beneficio con el oro después de que el precio de este aumentara un 500% entre
2002 y 2012. El precio que hay que pagar por ello son las 526 toneladas
métricas de mercurio emitidas a la naturaleza en Latinoamérica solo en 2010.
Ese año, se emitieron 1960 toneladas en todo el mundo.
Se
trata de un problema localizado en América Latina, porque el mercurio se
extiende por todo el planeta rápidamente y no desaparece. Se acumula en la
cadena alimentaria. Cuando le mercurio pasa a un organismo, este no puede
deshacerse de él y lo acumula. Si ese organismo es ingerido por otro, este
pasará a acumular el mercurio del primero y así sucesivamente. Y no solo con
los animales, ya que las plantas también lo acumulan y lo pueden absorber a
través de sus raíces. Para conseguir frenar este problema y evitar más daños a
la salud humana y al medio ambiente, casi un centenar de países, 18 de ellos
latinoamericanos, firmaron la Convención
de Minamata sobre el mercurio. Curioso el nombre de minamata, a tenor de lo que
estamos hablando. Pero no es un juego de palabras, sino el nombre de la ciudad
japonesa donde se firmó. El objetivo es reducir las emisiones de este metal, el
único que está en estado líquido a temperatura ambiente. El mayor peligro está
en las pequeñas minerías que usan el mercurio durante el proceso de extracción
del oro. Esto no ocurre en las grandes minerías, que usan otros métodos. La
mayoría de estas pequeñas minas se localizan en América Latina. Una medida
importante es enseñar y ayudar a las pequeñas minas a usar métodos alternativos.
De las 97 firmas del convenio, el único que lo ha ratificado en la actualidad
es EEUU. Lo que toca ahora son las acciones para evitar que las buenas
intenciones de la convención se queden en eso, en meras intenciones.
fuente;http://www.ecoworking.es/2014/05/14/las-minas-de-oro-aumentan-la-contaminaci%C3%B3n-por-mercurio-en-latinoamerica/
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