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lunes, 31 de agosto de 2015

Muerte por contaminacion

Cuatro mil personas mueren al año por enfermedades asociadas a contaminación ambiental
El sitio web del Sistema de Información Nacional de Calidad del Aire (SINCA) muestra un mapa del país que representa diferentes grados de contaminación. Es en la zona central y en la zona centro sur donde aparecen puntos rojos, evidenciando la mala calidad del aire. Y es que este lunes fue decretada la primera emergencia ambiental desde 1999 para la región, decisión que determinada por los niveles de material particulado existentes en el ambiente.
Este año, las autoridades del Ministerio del Medio Ambiente realizaron cambios en los estándares de medición de la calidad del aire para esta zona, tras decretar alerta sanitaria ambiental en la Región Metropolitana entre el 1 de abril y el 31 de agosto del 2015. Esta medida se suma a la entrada en vigencia de la norma de medición de material particulado fino (MP 2,5) del año 2012, que considera este tipo de partículas, cuatro veces más pequeñas que las que se consideraban anteriormente para determinar los niveles de contaminación (MP 10), y más perjudiciales para la salud. Si a esto se suman las condiciones meteorológicas, el panorama no es alentador.
Los índices de contaminación en esta región, como explica el investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 de la U. de Chile, Nicolás Huneeus, están cruzadas por las condiciones de ventilación y la alta intensidad de emisiones, que combinadas, provocan escenarios como el del día de hoy donde una de las medidas es la restricción vehicular. Como plantea el profesor Leonardo Basso, Coordinador Docente de la División Ingeniería de Transporte de la Universidad, esta medida ha comprometido a “casi un 50 por ciento del parque automotriz: 40 por ciento de los catalíticos, 80 por ciento de los no catalíticos”. Para mitigar la contaminación por este tipo de fuentes, explica el académico, resulta clave el uso del transporte público ya que a menos motores encendidos, menos contaminación, y “los automóviles usan un motor para mover 1,3 personas en promedio en un día laboral”.
Pero para el académico las restricciones vehiculares no son una solución. Es más, “tener una restricción permanente genera el resultado opuesto porque después de un tiempo la gente comienza a comprarse un segundo vehículo de manera de no quedar en jaque con la medida, y ese segundo vehículo es más barato, más viejo y por lo tanto más contaminante que el primero”. Es por eso que, plantea, se debe fomentar el uso del transporte público, “tanto financieramente como en el espacio que se le asigna en la ciudad, y hay que hacer que el andar en auto cueste lo que realmente le cuesta a la sociedad”

 Fuente: U. Chile

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