El grado de civilidad de
una sociedad o nación, se mide por la capacidad de generar bienestar a sus
ciudadanos, protección a la niñez, a las personas adultas y discapacitadas y
armonía con su entorno, incluyendo respeto a las otras formas de vida no
humana. Otro indicador, son las condiciones de sus ríos, la forma de cómo
coexisten con esas arterias naturales del agua dulce
En la región, gobiernos
nacionales y locales, van y vienen, más o menos con las mismas promesas
civilizadoras. Adornadas con las frases características según la ideología que
profesan. Pero lo que no han podido disfrazar o maquillar con aires
esperanzadores, son esas venas abiertas de la América Latina, que están cada
vez más taponeadas por los desperdicios que a diario reciben. Allí, la
realidad, supera toda ficción discursiva.
De los 100 ríos principales
del subcontinente, la mitad están altamente impactados por la contaminación que
en ellos se depositan. Su común denominador: receptores de aguas cloacales o
servidas, agroquímicas, residuos químicos o petroquímicos, movilizadores de
basura, cementerios flotantes de animales muertos, permanentes depósitos de
cauchos vehiculares, chatarra, escombros, entre otros. Los que aun son
utilizados como transporte fluvial, reciben la carga de los lastres o
combustibles que los barcos o lanchas a diario expulsan. Y las posibilidades de
regenerase o diluir con su caudal natural alguna de las sustancias que reciben,
se imposibilita, debido a las múltiples represas que a lo largo de sus cursos
son realizadas.
Siendo los más vulnerados,
los ríos que cruzan las grandes urbes. Los mismos, terminan convirtiéndose en
embauladas cloacas a cielo abierto de esos fashion lugares. Capitales
supuestamente glamurosas, de imaginarias atmósferas “pacholí”, que ocultan su
daño a la naturaleza, al saturar inmisericordemente sus ríos interiores.
Como cuesta creer que
ciudades tan especiales como Buenos Aires, Córdoba, Santiago, Bogotá, Caracas,
entre otras, son atravesadas por ríos históricos y estos hoy, se han convertido
en una especie de hijos no deseados, innombrables e ignorados, donde el
colectivo de cada una de esas ciudades, en una repentina amnesia parcial,
prefieren olvidar su existencia, antes que actuar y hacer los esfuerzos requeridos,
para recuperar esos importantes ríos y de igual manera, reivindicar su real
imagen de sociedad.
Ríos severamente contaminados de América
- México: Lerma, Rio Bravo, Suchiate
- Argentina: Riachuelo, Reconquista, Suquia, Caracaña, Río de la Plata, Curaco, Colorado, Negro
- Chile: Maipo, Biobío, Elqui, Loa
- Colombia: Bogotá, Cauca, Magdalen
- Brasil: Negro, San Francisco
- Paraguay: Paraná, Paraguay
- Venezuela: Guaire, Murillo
- Perú: Ucayali
- Costa Rica: Tarcoles, Virilla
Fuente:http://www.empresalud.com.ar/la-mitad-de-los-rios-de-latinoamerica-altamente-impactados-por-la-contaminacion/ ,
http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/La_mitad_de_los_rios_de_Latinoamerica_altamente_impactados_por_la_contaminacion
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