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lunes, 31 de agosto de 2015

¿se pueden reducir enfermedades por contaminación?

¿Cómo podemos reducir la carga de morbilidad y el sufrimiento de las personas aquejadas de infecciones respiratorias, cardiopatías y cáncer del pulmón como consecuencia de la exposición a la contaminación atmosférica urbana? ¿Qué medidas hay que aplicar?
El mejoramiento del aire que respiramos puede disminuir considerablemente la cantidad de personas que padecen enfermedades respiratorias y cardiovasculares. La aplicación de normas y reglamentos destinados a controlar las emisiones de contaminantes atmosféricos puede mejorar la calidad del aire y, a su vez, aminorar la carga de morbilidad y mejorar la salud.
Al mismo tiempo, el aumento de la conciencia del público acerca de intervenciones relativamente sencillas, como el mejoramiento de las estufas de cocinar y las ventajas de usar el transporte público en vez del automóvil, puede ayudar a reducir las causas de la contaminación atmosférica y del aire de interiores, lo que se traduce en mejoras considerables de la salud.

La OMS sostiene que reducir las cifras promedio de contaminación atmosférica urbana en un sitio determinado puede lograr una disminución considerable de la mortalidad a largo plazo. ¿Es verdad? ¿Dónde podría encontrar mayor información?
La OMS calcula que si la media de la concentración anual de MP10 disminuye de 70 a 20 µg/m3, que es el objetivo establecido en las guías de calidad del aire de 2005, se puede evitar el 15% de la mortalidad a largo plazo causada por la contaminación atmosférica. Lograr una disminución de esa magnitud también reduce los casos de enfermedades respiratorias y cardiovasculares y aumenta la esperanza de vida de la población local.
Por si fuera poco, las medidas para aminorar la contaminación atmosférica urbana también reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes que contribuyen a causar el cambio climático. Como es sabido, este último produce muchos efectos nocivos sobre la salud, entre ellos los derivados de las sequías y los fenómenos meteorológicos extremos (por ejemplo, las tormentas de viento y las inundaciones), como las enfermedades transmitidas por el agua y por los alimentos. También aumenta la prevalencia de enfermedades de transmisión vectorial como el dengue y el paludismo.
Fuentes:organizacion mundial de la salud


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