¿Cómo
podemos reducir la carga de morbilidad y el sufrimiento de las personas
aquejadas de infecciones respiratorias, cardiopatías y cáncer del pulmón como
consecuencia de la exposición a la contaminación atmosférica urbana? ¿Qué
medidas hay que aplicar?
El mejoramiento del aire que respiramos
puede disminuir considerablemente la cantidad de personas que padecen
enfermedades respiratorias y cardiovasculares. La aplicación de normas y
reglamentos destinados a controlar las emisiones de contaminantes atmosféricos
puede mejorar la calidad del aire y, a su vez, aminorar la carga de morbilidad
y mejorar la salud.
Al mismo tiempo, el aumento de la
conciencia del público acerca de intervenciones relativamente sencillas, como
el mejoramiento de las estufas de cocinar y las ventajas de usar el transporte
público en vez del automóvil, puede ayudar a reducir las causas de la
contaminación atmosférica y del aire de interiores, lo que se traduce en
mejoras considerables de la salud.
La OMS
sostiene que reducir las cifras promedio de contaminación atmosférica urbana en
un sitio determinado puede lograr una disminución considerable de la mortalidad
a largo plazo. ¿Es verdad? ¿Dónde podría encontrar mayor información?
La OMS calcula que si la media de la
concentración anual de MP10 disminuye de 70 a 20 µg/m3, que es el objetivo
establecido en las guías de calidad del aire de 2005, se puede evitar el 15% de
la mortalidad a largo plazo causada por la contaminación atmosférica. Lograr
una disminución de esa magnitud también reduce los casos de enfermedades
respiratorias y cardiovasculares y aumenta la esperanza de vida de la población
local.
Por si fuera poco, las medidas para
aminorar la contaminación atmosférica urbana también reducen las emisiones de
gases de efecto invernadero y otros contaminantes que contribuyen a causar el
cambio climático. Como es sabido, este último produce muchos efectos nocivos
sobre la salud, entre ellos los derivados de las sequías y los fenómenos
meteorológicos extremos (por ejemplo, las tormentas de viento y las
inundaciones), como las enfermedades transmitidas por el agua y por los
alimentos. También aumenta la prevalencia de enfermedades de transmisión
vectorial como el dengue y el paludismo.
Fuentes:organizacion mundial de la salud
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